Por:
Jesús Parra
Profesor
Universitario
Si
revisamos un tanto la realidad venezolana desde los tiempos de la
colonización hasta la actualidad, sin caer ni tener la pretensión
de hacer análisis profundos, porque caeríamos en dilaciones de
hechos y/o acontecimientos sujetos a una cronología, con personajes,
acciones e itinerario, pudiéramos decir que siempre ha habido
la presencia socavada y enmascarada de una supuesta “Ayuda
Humanitaria”.
Desde
tiempos de la colonia se comenzó a proyectar una forma de violencia
sostenida a nombre de la razón con argumentaciones emanadas de
visiones eurocéntricas, que poco a poco fueron extendiendo su radio
de acción explosionando con su chispa a otras naciones, entre ellas
los EEUU para continuar expandiendo su “voraz” osadía.
Frente
a esto no resulta fortuito que su mayor aspiración e interés (me
refiero a Europa y EEUU) fuera la TIERRA
y
no su gente. Desde allí se comenzaron a hilvanar una serie de
estrategias de sometimiento que les permitiera obtener su fin más
deseado.
Por
supuesto, uno de los aspectos a considerar para poder sentar las
bases de su exponencial arremetida, era ideologizar y adoctrinar a su
gente (América Latina), por lo cual debían eliminar todo vestigio
cultural y social para que fuera más fácil inocular como causas
“justas y nobles” y allí su “ayuda”, lo impuesto por el
poder colonial. Fue así como se crearon “Patrones-Excusas” bajo
las figuras de la obligación tutelar, del desarrollo y de la
“promesa divina”, este último auspiciado por la iglesia,
permitiendo así la posibilidad de autoproclamarse dueños de las
tierras colonizadas
Con
el pasar del tiempo la afrenta pasó del estado feudal al estado
imperial, y en el caso venezolano, la obra que Bolívar había
querido posicionar, la libertad y la autodeterminación de
los pueblos, quedó ciertamente relegada, debido al continuismo del
proyecto latifundista por parte de los herederos de la gesta
independentista. En otras palabras, se había creado la Ley de
Confiscaciones emitida en Guayana en 1817 con miras a devolver las
tierras que habían sido usurpadas y expropiadas. Pero los herederos
de dichas usurpaciones serían los mismos que se encargarían de
hacer la nueva Ley de la República, originando en este mismo orden
de ideas que la Legislación de Indias quedara derogada por la
Constitución de 1830 en el gobierno de Páez, por su defensa ejercida en pro del
derecho de propiedad.
En
esta misma naturaleza y en lo que fuera el proceso de transición del
sector agrícola al sector petrolero, la realidad histórica seguía
su curso. Esta vez con rostro renovado y con la presencia latente de
un manantial de espesa negrura (petróleo) que vendría a dar una
forma distinta en materia de producción y desarrollo, pero que en
el fondo se comportaría en estado similar en relación a la
conformación de la estructura social con rompimiento de las “venas
soberanas de un pueblo y preservando las mismas desavenencias entre
explotados y explotadores".
En
esta oportunidad le tocaría al “oro negro” ser la mayor excusa o
motivo, que tuvieran los gendarmes del imperio para intervenir o
mejor dicho continuar su práctica devastadora de la integridad
soberana. En este sentido su estrategia o “ayuda” sería ofrecer
capital extranjero, tecnología importada y la supervisión eterna de
los “pruritos” del norte (lo ejercido en el caso venezolano).
Frente
a toda esta amalgama o amasijo de estiércol imperialista y en
relación al escenario político actual venezolano, la oposición
sigue empeñada en poner en práctica políticas inadecuadas e
incluso fuera del marco legal que no terminan de entender. ¿Cómo
puede explicarse que el único órgano que legitiman tanto la
oposición como los organismos internacionales y/o naciones, sea la
Asamblea Nacional que fuera elegida por un CNE que ha sido
permanentemente acusado por no ser transparente ni confiable?
¿Autorizar la entrada a la fuerza de una “ayuda humanitaria”
irrespetando los preceptos constitucionales y de soberanía, siendo
además una violación al Derecho Internacional? ¿Ser proactores de
mecanismos como: Magnicidio, bloqueo financiero y asfixia económica?,
entre otros.
En
definitiva la oposición sólo nos quiere dejar miseria y sudor de
obrero. Quieren que volvamos a ser sometidos por el látigo del
“señor” del Norte, pero los venezolanos estamos dispuestos a
levantar nuestra bandera para que la lucha sea: campesino por su
propia tierra, obrero por su propia industria, estudiantes por sus
propias ideas, buscando siempre lo que ha de emancipar, como cantó Alí
Primera.
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